Introducción
Los mares y océanos, vastas extensiones de agua que cubren la mayor parte de nuestro planeta, han sido durante siglos fuentes de misterio, inspiración y vida. Sin embargo, uno de los aspectos más intrigantes de estas masas de agua es su característica distintiva: la salinidad. Este artículo se sumerge en las profundidades de los mares y océanos para explorar por qué son salados, cómo varía esta salinidad en diferentes cuerpos de agua, y por qué esta concentración de sal se mantiene relativamente constante a pesar de diversos factores.
Por qué los mares y océanos son salados
La salinidad de los mares y océanos se debe principalmente a la presencia de sales disueltas en el agua. Estas sales, principalmente cloruro de sodio, se originan en procesos geológicos y atmosféricos. Por ejemplo, la erosión de rocas continentales libera minerales disueltos en los ríos, que luego fluyen hacia el mar. Además, la actividad volcánica submarina también contribuye a la liberación de minerales disueltos, enriqueciendo aún más la salinidad del agua.
La salinidad del agua viene dada por la cantidad de sales minerales disueltas en ella. La salinidad es diferente en las distintas masas de agua, pero de media se ha aceptado que ronda los 35 gramos por litro en el agua de mares y océanos. Los elementos mayoritarios presentes en las sales minerales disueltas en los mares y océanos incluyen cloruro, sodio, magnesio, azufre, calcio, potasio, bicarbonato, bromo, estroncio, boro y flúor. Estas sales en conjunto representan más del 99% de la masa de solutos disueltos en el agua marina. Entre ellos, el cloruro y el sodio, que combinados forman el cloruro sódico (o sal de mesa común), constituyen más del 85% del total de sales disueltas en el agua marina. Y aunque la salinidad es diferente en las distintas masas de agua salada, sorprendentemente su composición es prácticamente la misma.
Masas de agua saladas
Para poder comparar la salinidad de las diferentes masa de agua salada, a continuación se presenta un ranking de los mares y océanos:
- Mar Rojo —————– 42-46 gramos por litro
- Golfo Pérsico ———— 40-44 gramos por litro
- Mar Mediterráneo ——- 36-39 gramos por litro
- Mar Caribe ————— 34-38 gramos por litro
- Océanos Índico ———- 33-37 gramos por litro
- Océano Pacífico ——— 33-36 gramos por litro
- Océano Atlántico ——– 33-36 gramos por litro
El Mar Báltico es un caso peculiar, con una salinidad que oscila entre los 6 y los 18 gramos por litro, lo que técnicamente lo categoriza como un mar de agua salobre en lugar de agua salada. Por otro lado, tanto el Mar Caspio como el Mar Muerto, a pesar de sus denominaciones que podrían generar confusión, en realidad son cuerpos de agua clasificados como lagos. Sin embargo, es importante destacar que, aunque no son lagos de agua dulce, exhiben extremos en sus niveles de salinidad. El Mar Caspio registra una salinidad de alrededor de 12 gramos por litro, lo cual lo clasifica como un cuerpo de agua salobre. En contraste, el Mar Muerto presenta niveles de salinidad que oscilan entre 350 y 370 gramos por litro, considerablemente más altos que los del agua de mar estándar (10 veces más). Además de su extraordinaria salinidad, el Mar Muerto se distingue por la composición única de sus sales, diferenciándose de las aguas marinas convencionales.
Otras masas de agua salada
Suele decirse que el Mar Muerto es el «mar» más salado del mundo. No obstante, acabamos de comentar que técnicamente es un lago, por lo que no debería de denominarse como tal. Además, ni siquiera es la masa de agua más salada del mundo, existiendo otras masas igual o más saladas:
- Lago Assal (Yibuti): Ubicado en el este de África, el Lago Assal es uno de los lagos más salados del mundo, con una concentración de sal de aproximadamente el 34.8%. Su alta salinidad se debe a su falta de salida y a las altas tasas de evaporación en la región desértica circundante.
- Lago Don Juan (Antártida): Este lago hipersalino se encuentra en la región más árida de la Tierra, el Valle Seco de Taylor en la Antártida. Su salinidad se estima en alrededor del 40% (400 gramos por litro), lo que lo convierte en el cuerpo de agua más salado del planeta.
Por qué hay zonas más saladas que otras
A pesar de que la salinidad media de mares y océanos se establece en torno a los 35 gramos por litro, hemos visto en la tabla anterior que la salinidad varía en función de la masa de agua, y ni siquiera es constante para la misma masa de agua a considerar. A continuación se presenta un mapa con los niveles de salinidad:
Si nos fijamos en el océano Atlántico, vemos que hay una franja en la zona ecuatorial con un nivel medio de salinidad, mientras que aparecen 2 regiones por encima y por debajo de dicha franja con mayor salinidad. El principal mecanismo que regula la salinidad en los océanos es el balance entre precipitaciones y evaporación. Si observamos el siguiente mapa de zonas con precipitaciones anuales abundante entenderemos mejor esa distribución:
Además, no sólo influyen las precipitaciones. A pesar de que una de las vías de llegada de minerales (más bien acumulación) al mar sea por medio de los ríos, una zona con abundante descarga de agua dulce como puede ser el golfo de Bengala (al este de la India) supone unos niveles de salinidad inferiores.
Por qué la salinidad permanece constante
Vale, vamos a analizar el balance. Tenemos una cierta masa de agua. Le llega sal por diversas vías como puede ser la erosión y posterior descarga de sal por medio de los ríos o la actividad volcánica oceánica. Además, el nivel de salinidad aumenta debido a la evaporación del agua, pero este se ve más o menos compensado con las precipitaciones. Al final el nivel del agua no aumenta prácticamente, por lo que es el mismo agua el que se evapora que el que llega por medio de lluvias y ríos.
No obstante, algo falla. Aunque el agua dulce entre y salga, una vez que llega sal a la masa de agua, dicha sal permanece de manera indefinida.
Por lo tanto, si todos los años se descarga en los océanos una cierta cantidad de sal, y el nivel del agua no aumenta, ¿por qué no aumenta la salinidad año tras año? Aunque sea una cantidad mínima.
La respuesta es que la sal se deposita formando depósitos. No hay más que ver fotos del Mar Muerto y cómo hay depósitos de sal por todos lados. En el fondo de los océanos también se deposita la sal, y muchos de estos depósitos acaban siendo tragados por la tierra por el movimiento de las placas tectónicas.
El nivel de salinidad actual de las diferentes masas de agua es un punto de equilibrio alcanzado entre los diferentes mecanismos que añaden o sustraen sales minerales al agua. A todo esto hay que sumar cómo tanto la sal como la temperatura afectan a la densidad del agua, afectando así también a las corrientes oceánicas. Al final está todo conectado, y por eso se dice que un cambio en la temperatura global puede afectar a dichas corrientes y en consecuencia afectar a la salinidad, afectando por lo tanto a las plantas y animales adaptadas al medio y pudiendo tener una serie de consecuencias catastróficas imposibles de anticipar debido a la complejidad del sistema.