Muchos nos habremos preguntado por qué en los lagos de los parques hay fuentes. El primer pensamiento, lógico e intuitivo, es que es mera decoración. Una fuente bonita en medio de un lago queda bastante bien, y además los animales pueden entretenerse en ella.
Sin embargo, su principal función no es esa, sino airear el agua. Y es que, como veremos en este artículo, es fundamental que el agua se encuentre aireada para mantener una superficie de agua limpia y adecuada para la vida de los animales.
Aireación del agua y agua estancada
Os hago una pregunta… ¿Qué diferencia hay entre el típico pantano cenagoso y el pantano “limpio”?
Solemos asociar al agua estancada a agua que está sucia, llena de algas y maloliente. Sin embargo, los grandes lagos y pantanos son agua estancada al fin y al cabo y no se encuentran sucios en general.
La aireación del agua se define como la transferencia de oxígeno al agua. La presencia de oxígeno disuelto en agua es fundamental para el ciclo biológico de las especies que se encuentran en ella.
La aireación se puede producir por inyección de aire directamente en el agua (Aireador de peceras por ejemplo) o debido a la turbulencia en la superficie. Al mover el agua y crear turbulencia, el aire se queda atrapada entre las moléculas de agua y posteriormente se difunde en el medio.
En grandes superficies de agua, esta aireación ocurre de forma natural debido a la acción de las olas. Sin embargo, en los estanques y lagos más pequeños donde no hay oleaje, la aireación del agua es inexistente.
Una aireación del agua insuficiente (Baja concentración de oxígeno en agua y ausencia de movimiento) puede provocar la mortalidad de peces, olores desagradables y afloración de algas y otros microorganismos.
La ausencia de movimiento hace que en la parte superior se encuentre agua caliente y en la inferior agua fría. La falta de oxígeno incrementa la descomposición anaeróbica del fango que se encuentra en el fondo y aumenta la materia inorgánica del agua. Consecuentemente, se favorece el florecimiento de las algas y bacterias que aportan ese aspecto verdoso o sucio.
Es por ello que, la existencia de una fuente o algún otro aireador mecánico es esencial para mantener un lago limpio y que garantice la vida de los peces.
Aireador en peceras
Un claro ejemplo de las consecuencias de la baja aireación ocurre en las peceras. Es esencial tener un aireador que genere burbujas en el agua de manera que se oxigene el agua. De lo contrario, los peces morirían asfixiados y se llenaría la pecera de algas.
Hay que saber que los peces no respiran agua. Es decir, muchos piensan que los peces de alguna manera no necesitan oxígeno y que lo que hacen para vivir es simplemente “beber” o de alguna manera “absorber” el agua por medio de las branquias. Y por ello en el exterior, “como no hay agua que beber”, se mueren.
Como hemos dicho antes, el oxígeno se encuentra disuelto en el agua, y las branquias lo que hacen es hacer pasar el agua a través de ellas. Como si de una especie de filtro se tratase, se quedan con el oxígeno, que pasa a la sangre, y se deja pasar el resto del agua. Si el agua no se encuentra lo suficientemente oxigenada o aireada, los peces se ahogan.
No hay más que ver el plan que tenía Gill en la película “Buscando a Nemo” para escapar de la pecera.
Su plan maestro consistía en bloquear el aireador con una piedra para que se llenara de algas y verdín. De esta forma, el hombre tendría que sacar a los peces para poder limpiar a fondo la pecera, siendo el momento clave para escapar.
De lo que Gill no era consciente, ya que no se había leído este artículo, era de que antes de la aparición del verdín ellos morirían asfixiados. Afortunadamente, el plan fracasó.